martes, 23 de marzo de 2010

El turismo ausente.

Barrancabermeja recibe más "turistas" que nunca en toda su historia. Eso queda demostrado con sólo mirar los vuelos de las dos aerolíneas que llegan a la ciudad diariamente. Y parte del objetivo de este flujo masivo de visitantes (así sean petroleros venezolanos, contratistas, cantantes evangélicos, trovadores y demás) es vender la ciudad como un lugar agradable, lleno de gente trabajadora, y sobre todo, que somos más que petróleo y calor. Lamentablemente, a la fecha la percepción no mejora y por el contrario vamos de para atrás.

El tema ha estado mal concebido desde el principio. Cuesta mucho trabajo entender la obsesión del Gobierno Municipal de vender a Barrancabermeja como un paraíso turístico cuando no somos ni lo uno ni lo otro. Esta es una ciudad industrial, y debe venderse como tal; no tiene nada de malo hacerlo. Houston, Edmonton y Stavanger son capitales mundiales de petróleo y refinación y ese es el modelo de ciudad que debemos emular. No es el típico destino de una familia para sus vacaciones, es una ciudad de trabajo, industrializada y con altos estándares de vida para sus habitantes. Por el contrario, acá queremos es más bien parecernos a Cartagena (con paseos en caballos de segunda incluidos) pero hasta ahora nos parecemos más a los cinturones de miseria que hacen infame al "corralito de piedra" que en tener un sector empresarial de talla mundial.

Y en esa serie de errores se lanzan propuestas que nadie puede entender. Por ejemplo, el parque temático del agua, estandarte de la Alcaldía para incentivar el turismo y el incremento de visitantes. ¿Por qué el agua? ¿Es que tenemos exceso de reservas? ¿Es para celebrar que la empresa de alcantarillado está cambiando la red para tener estándares de 1980? ¿No es más fácil invertir dinero en el olvidado Museo del Petróleo (el único de Latinoamérica, le escuchaba yo a mi papá decir orgulloso hace más de veinte años) y volverlo interactivo, dinámico y atractivo? El otro ejemplo, más sacado del oportunismo de la seguridad democrática, convierte en exentos a los hoteles de impuesto de renta por 15 años, lo que a la postre ha llevado que Barranca tenga más de 95 hoteles registrados legalmente, pero menos de la décima parte tengan más de 1 estrella en calidad.

Pareciera en cambio que las cosas que sí importan realmente en el tema turístico se dejaran de lado. Esas cosas pequeñas que sí pueden aportar un cambio y son de alto impacto para la imagen de la ciudad. La principal: en servicio al cliente, el cual brilla por su ausencia. En mi opinión personal, la ciudad tiene el peor estándar en todo Colombia. Ni siquiera Mocoa es tan deficiente en este aspecto. Acá no existe el más mínimo conocimiento de la Gerencia de Servicio y el mismo aplica para meseras, cajeros, recepcionistas, aseadores y todo el staff de cualquier restaurante, hotel, centro, club y demás lugares de esparcimiento.

Tan grave es el problema, que franquicias que han llegado a Barrancabermeja últimamente, y caracterizados a nivel nacional por su gran servicio al cliente, son la excepción en la “hija del sol”. Personalmente me sucedió una situación desagradable en una heladería y por coincidencia tuve la oportunidad de conocer a la Gerente de la tienda. Le expuse mi caso y su respuesta fue: es que acá eso es tan difícil (con el tonito típico de los de acá). Yo no quería un helado gratis, lo que quiero es que para bien de todos mejore la actitud tan displicente de todos. Lo mismo me ha sucedido con meseros que responden “obvio” ante una pregunta no tan obvia, cajeras que miran como si estuvieran haciendo un favor, aseadores que trapean en los pies de los clientes, botones que están más pendientes del celular que en recoger las maletas de un huésped, entre muchos otros casos. Eso sí, la frase de “la propina no está incluida” nunca falta, tampoco falta los sobrecargos por lo uno y por lo otro.

Porque en precios Barrancabermeja está por encima del nivel nacional. Burbuja especulativa, tema del cual ya hablamos antes con las penosas consecuencias de ciclos inflacionarios y reducciones en bienestar y prosperidad. Las comparaciones son odiosas, pero sirven: Una habitación en un hotel de 5 estrellas en Shanghai cuesta 150 dólares la noche, en Barrancabermeja llega al mismo precio, pero con 2 estrellas menos; una cena promedio en Bogotá cuesta 30.000 pesos, en Barranca supera los 50.000, con la notable ausencia de restaurantes de verdadera calidad; una botella de whisky en un bar promedio de la ciudad no baja de 180.000, al mismo precio de Bogotá o Medellín en sitios mucho más cómodos.

Barrancabermeja es obviamente mucho más que petróleo y calor, pero a veces nosotros mismos queremos mostrarla solamente así. Por ejemplo el Sena en la seccional local no tienen ningún tipo de formación en atención al cliente, gerencia del servicio y demás, como si existen en Bucaramanga, Villavicencio y Santa Marta. En vez de estar preparando miles de inspectores en seguridad industrial que al cabo de cinco años no se requerirán, podrían dedicar a formar cien o doscientos muchachos que salgan con otra visión totalmente opuesta a la actual, igual sucede con profesionales en cocina, gastronomía y enólogos, que pudieran enriquecer la oferta existente. La idea es aprovechar la bonanza, pero hay que hacerlo sin dejar de lado la sostenibilidad en el largo plazo, y esta solo se da con el ofrecimiento de un valor agregado ó un diferenciador que marque la diferencia entre lo convencional y lo sofisticado. Ahí está la clave de la verdadera competitividad.

1 comentario:

  1. Hola, realmente me agrada tu punto de vista, pero existen ciertos puntos que me gustaría contradecir.
    * En barranca existen varios eventos y convocatorias que muestran nuestra parte industrial (que a mi parecer deberían mejorar su forma de desarrollo y enfoque), como nuestros multiples reinados fiestas y comparsas, que atraen año tras año a un buen número de visitantes y que en su versión anterior atrajeron el cubrimiento de canales nacionales como RCN y CARACOL. Me gustaría que revisaras, cuantitativamente las visitas al museo de petróleo y otros ítems representativos de nuestra industria durante estos eventos.
    *El SENA presenta a la ciudad una gran oferta de instructores, que no solo apoyan la formación en un aula de clase, se desplazan de cocina en cocina y de mesa en mesa, enseñando y corrigiendo la forma en la que prestan el servicio ciertos restaurantes, bares entre otros y su forma de preparar y presentar un plato. No digo que sea mentira lo que dices sobre el pésimo servicio en barranca, porque es cierto, te cuento que en un muy reconocido “CLUB” de la ciudad, mientras departía un concierto con mi familia un mesero nos quería cobrar $23.000= pesos por un plato que solo costaba $15.000= pesos, (éramos ocho personas y todas pedimos el mismo plato) y aun más descarado, quería su propina.
    Respecto a tu blog en general quiero decirte que tienes mucha razón, barranca es una de las ciudades en donde salir a rumbear o comer bien es un lujo, no solo por el precio, lo digo por el escás de lugares en los cuales realmente puedes disfrutar (en todo el sentido de la palabra) lo maravilloso que es comer, si no son los meseros los que te arruinan la noche, son los vendedores ambulantes o los mendigos ( y lo digo con todo respeto, no lo recrimino, solo critico el hecho de que no as terminado de comer, cuando ya le están metiendo literalmente la mano a tu plato, o metiéndote la mercancía en tu bolsillo).
    Y hablando de licor, en un bar de la ciudad, solicite un coctel muy llamativo por su nombre, y cuando me sirvieron, era una botella de smirnoff en tres cubos de hielo (claro está, la botella fue destapada ante mis ojos).
    Del servicio en la ciudad podríamos sacar juntos un libro, mejor dejo mi comentario hasta acá, pareciera competir con tu escrito.

    Te felicito dos bolg en un mes, debes tener inspiracion!

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